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Tal y como prometí en el artículo sobre el Nobel de Literatura 2024, yo, quien te escribe, seré el Virgilio que te adentre en las curiosidades y polémica de Han Kang. A tal fin, mencionaré aspectos relevantes sobre la vida y obra de una autora que ha pasado de estar en el candelero a caer en el cadalso por mor de la controversia con su truchimana británica.

Mentir no miento; la ganadora de la Champions del Libro, cuya «intensa prosa poética [cómo se nota que la Academia no ha leído MuArte] que afronta traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana», se ha visto implicada —indirectamente— en un asuntillo, digamos, cuestionable.

Por tanto, si te interesa este tema, otros más profesionales y uno paralelo algo más turbio, no lo dudes ni un instante, y sigue leyendo las curiosidades y polémica de Han Kang.

Curiosidades y polémica de Han Kang

Han Kang nació en Gwangju1 (Corea del Sur) a finales de noviembre de 1970. Esta frase, tardis sintagmática donde las haya, comprime una barbaridad de información acerca de la flamante Nobel de Literatura 2024, amén de su obra.

Por ejemplo, su apellido: Han,2 similar al García español en cuanto a extensión. Empero, han también es el arquetipo emocional coreano. De manera resumida, consiste en una aprehensión inconsciente, motivada por un sufrimiento histórico no resuelto, que permite contemplar belleza en la tristeza y empatizar con el doliente.3

«Retrata la tragedia de una manera muy profunda, hermosa y triste».

Han Seung-won, definiendo la obra de la autora después de recibir el Nobel.

Om mani padme hum

Vale; ese histórico no resuelto se refiere al recuerdo del pasado de la península —los «traumas históricos»—, sometida sin piedad a los intereses geopolíticos de chinos y japoneses desde finales del XVI hasta mediados del XX.

El sufrimiento —«la fragilidad de la vida humana»—, obviamente, proviene del budismo, cuyos preceptos sirven de referencia a los escritores coreanos. Tanto en el diseño de la trama como el del perfil psicológico de sus personajes.

Si no me crees, compruébalo en uno de los libros más vendidos de Corea: Aje aje bara-aje (1985). Igual tienes que aprender el idioma antes, eso sí, pues no está traducido. En cualquier caso, lo menciono aquí porque su autor, Han Seung-won, es el padre de Han Kang.

Aje aje bara-aje (1989).
Versión cinematográfica de la novela de Han Seung-won

Notas

1Ciudad Metropolitana de Gwangju, al sur de la península, no la otra Gwangju, que está al lado de Seúl.
2Se traduce como ‘rey’, ‘reino’, ‘país’ o ‘gente de Corea’. En consecuencia, la versión anglificada de su nombre sería «King Kang». No entiendo cómo nadie ha hecho un meme con la autora derrotando a Murakami disfrazado de Godzilla.
3De manera más resumida, se trata de la versión coreana de la melancolía occidental. Cuanto menos, en lo que atañe a su proyección artística. Si quieres saber más sobre el han, te recomiendo que leas este artículo.

De casta le viene al galgo

Dentro de las curiosidades y polémica de Han Kang, procede hablar de su familia. No en balde, su hermano (Han Dong-rim) también es escritor. Solo que, su carrera no ha gozado de tanto éxito como la de su hermana ni la de su progenitor.

Om ah hung vajra guru padma siddhi hung

De hecho, padre e hija ganaron el Yi Sang, el premio literario más prestigioso de Corea. Él, en 1988,1 por Beach Traveler. Ella, en 2005, por La mancha mongólica. Exacto; esta obra supuso el génesis de La vegetariana, la novela que catapultaría a Han Kang a la fama internacional tras ganar el Booker en 2016.2

Empero, antes de que su nombre cruzase el paralelo 38, su obra ya había dado el salto a la gran pantalla coreana. Primero, con una adaptación de La vegetariana

Vegetarian (2010), dirigida por Lim Woo-seong.

…y, un año después, con Scars, una adaptación de su novela corta El niño Buda (1999).

Scars (2011), dirigida por Lim Woo-seong.
Película seleccionada por el Festival Internacional de Cine de San Sebastián (Zabaltegi-Nuevos Directores).
Notas

1Junto con Im Chul-woo con su The Red Room. Aparte de este galardón, Han Seung-won tiene el Premio de Ficción Coreana (1980), el Premio de Literatura Coreana (1983), el Premio de Escritor Coreano (1983), el Huyndae (1988), el Seorabol (1994), el Marítimo (1997), el Hyundae budista (2001), el Kiriyama (2002), el Dongin (2006) y el Suncheon (2012). Todos estos premios, evidentemente, son coreanos.
2Primer autor coreano en obtenerlo, como el Nobel de Literatura. Previamente, había recibido en su nación el Premio de Novela Coreana (1999), el Joven Artista (2000), el Dongri (2010), el Manhae (2014), el Hwang Sun-won (2015) y, dos años más tarde, el Kim Yujung (2018).
A raíz de ganar el Booker, le entregarían el Malaparte (2017) en Italia, el San Clemente (2019) compostelano y el Medicis (2023) y el Émile Guimet (2024) en Francia. Bueno, y el Nobel, claro.

¿Y su madre?

Pues se llama Im Gam-o y no es escritora. Aun así, su figura te permitirá localizar, en buena medida, la fuente del «trauma histórico» y de «la fragilidad humana» que la Academia ha destacado en el discurso de entrega del Nobel.

Verás; Im Gam-o pensó en abortar1 cuando estaba embarazada de Han Kang, ya que se encontraba asaz enferma, tomaba mucha medicina y temía que el feto corriera un destino similar al de su hijo (muerto por nacimiento prematuro) y al de su hija.

Quien hubiera sido su hermana mayor murió dos horas después del parto. Durante ese tiempo, la madre no cesó de repetir: «No te mueras. Por favor, no te mueras»; unas palabras que resultarían clave (y proféticas) en la obra de la autora.2

«No te mueras. Por el amor de Dios, no te mueras».

Actos Humanos, Han Kang.

«No te mueras. Lo que sea, pero no te mueras».

El libro blanco, Han Kang.
Om ah hung vajra guru padma siddhi hung

Ambas pérdidas —sobre todo, la segunda— implicaron que Kang y su hermano se criasen en un hogar ensombrecido por la muerte y el duelo. Pero, por muy tétrico que parezca, sus padres usaron esa aciaga experiencia para transmitir el aprecio por la vida a sus hijos: «Habéis nacido de una manera tan preciosa y os hemos esperado durante mucho tiempo».

Lo mismo hizo Han Kang en El libro blanco; una novela autobiográfica donde reflexiona acerca de la muerte de su hermana («trauma histórico»).3 En cuanto a «la fragilidad humana», mejor te lo explico en el próximo apartado de «Curiosidades y polémica de Han Kang».

Notas

1Por suerte, la futura Han Kang se movió, provocando un cambio de parecer en su madre.
2Según Kang, esas palabras las heredó de la memoria de su madre. Solo se enteró de su procedencia cuando las escribió y su madre le contó luego de dónde provenían.
3Muchas personas valoran la ayuda que este libro presta de cara a afrontar y superar un suceso luctuoso.

Heroína del silencio

Sin duda, la muerte, su padre y el oxímoron emocional de una familia feliz en su tristeza influyeron en que Han Kang descubriese su vocación a la edad de catorce años.

Infaustamente, la escritura requiere algo más que buenas intenciones. Al margen de paciencia, creatividad y conocimiento, demanda fortaleza mental y resistencia física; dos exigencias durísimas para alguien que sufre migrañas crónicas desde niña, además de artrosis en las manos.1

Bueno; al menos se lo toma con filosofía. Con la budista, claro, donde la humildad se considera una de las mayores virtudes en el ser humano. Y aquí radica un problema del que hablaré en breve.

Om muni muni maha muni shakya muni svaha

Primero, decirte debo que el entorno familiar, social y político, unido a sus problemas de salud, desarrollaron la conciencia del tema capital que aborda en sus obras mediante una triple sensibilidad: artística,2 emocional y física.

O sea, Han Kang compadece y padece la fragilidad humana. En consecuencia, sus novelas reflejan esa capacidad de empatizar y de sentir el dolor al mismo tiempo, pues pone voz al sufrimiento silencioso de quienes viven oprimidos, marginados o arrastrando recuerdos traumáticos.

Presta ojos ahora. Si bien sus historias poseen un fuerte componente crítico, sus protagonistas se rebelan de un modo pasivo-estético. Esto es, fluyen en su desolación hacia lo bello en lugar de hacia el enfrentamiento, siempre firmes en su convencimiento.

Cuidado; el conflicto sucede, pero lo arrostran desde la humildad. En esencia, Han Kang escenifica una meditación vipassana con un objeto. O lo que en literatura representa un elemento simbólico3 alrededor del cual gira la trama.

Notas

1Cuando escribió La vegetariana, Han Kang pulsaba las teclas del ordenador con dos lápices a fin de mitigar el impacto del tecleo en sus manos.
2Aparte de la literatura, Han Kang se expresa a través de las artes visuales y de la música.
3Las plantas en La vegetariana, el color blanco en El libro blanco, la nieve en Decir adiós es imposible

Una de las canciones del álbum de acompañamiento que Han Kang escribió, compuso y cantó para su ensayo Quietly Sung Songs (2007).

El entorno político y social en la obra de Han Kang

Vale; pongamos ahora todo lo que te he contado en el contexto adecuado. Para ello, observa la fecha y el lugar de su nacimiento (Gwangju, 27 de noviembre de 1970, que igual lo habías olvidado).

Entre 1961 y 1979, el general Park Chung-hee gobernó el país bajo un sistema totalitario hasta que Kim Jae-gyu (director de la Agencia Central de Inteligencia Coreana) lo mató durante una cena privada. Dos meses después, el general Chun Doo-hwan dio un golpe de Estado, devolviendo a Corea del Sur al estado de dictadura militar.

Tal circunstancia no agradó a la población, que mostró su disconformidad airadamente. Lo cual tampoco agradó al mandamás de la nación, que sacó a relucir su cruel mano autoritaria en Gwangju (1980), provocando la masacre sobre la que versa Actos humanos.

Por fortuna, los Han habían abandonado la ciudad poco antes de que se convirtiera en un campo de batalla. Aun así, la autora —entonces, una niña de diez años— compartió su trauma histórico1 a causa del síndrome del superviviente.

Notas

1En Decir adiós es imposible, Han Kang reflexiona sobre las consecuencias de otro trauma histórico: el levantamiento de la isla de Jeju (1948-1949), previo al estallido de la guerra de Corea.

La antorcha de la democracia

Durante siete años, Chun Doo-hwan mantuvo el régimen de terror con el beneplácito de los Estados Unidos. Recuerda que, en esta década, se calentó la Guerra Fría, por lo que los americanos miraban para otro lado si un aliado anticomunista ignoraba los derechos humanos.

Empero, llegado junio de 1987 —cuando Han Kang frisaba los 17— se produjeron varias protestas masivas que pusieron en un brete al presidente. Si el mundo veía que reprimía a palos a su pueblo, la presión internacional privaría a Corea de albergar los Juegos Olímpicos del 88.

Total, que Chun Doo-hwan claudicó y celebró unas elecciones que ganó Roh Tae-woo, el candidato que él había designado. Así, comenzó la transición democrática que convertiría a Corea en una nación moderna. Pero no a su sociedad, anclada en un sistema patriarcal que habrían elogiado los victorianos.

Del han al hallyu

Vale; tenemos a una adolescente Kang a punto de hacerse adulta en el intervalo deportivo —de los Juegos Olímpicos (88) al mundial de fútbol (2002)—; un periodo histórico fundamental para las actividades artísticas coreanas.

Hasta entonces, el gobierno había impuesto una doble censura: a sus artistas y a las corrientes extranjeras. En concreto, a los productos mediáticos nipones, principal elemento cultural de contrabando en la península.

Esta prohibición desapareció tras la firma de la Declaración Conjunta de Japón y Corea del Sur de 1998. Solo que, a fin de proteger el patrimonio artístico coreano, el Ministerio de Cultura recibió un jugoso incremento en su presupuesto anual.

De esta suerte, el país experimentó un boom cultural a finales de los noventa; conocido como hallyu, que lo transformó en el referente para el Oriente Lejano. El resto del planeta, en cambio, descubriría y se subiría a la ola coreana1 a partir del Mundial de 2002.

Rias Baixas style (2012), Dani Cornes.
Ejemplo de la influencia en Occidente del gayo, que es como llaman al K-pop los coreanos.
Om tare tuttare ture svaha

Fruto de este tsunami y del aperturismo con la libertad de expresión, irrumpe Han Kang en el panorama literario. Debuta con un relato corto (Yeosu, 1995) al que seguirán Black deer (1998, novela), Fruits of my woman (2000, relato corto), Your cold hands (2002, novela), La vegetariana (2007, novela), The wind is blowing (2010, novela), Lecciones de griego (2011, novela), Fire salamander (2012, relato corto), I put the evening in the drawer (2013, poesía), Actos humanos (2014, novela), El libro blanco (2016, novela) y Decir adiós es imposible (2021, novela), aparte de alguna otra obra que se me haya pasado.

Ahora, coteja estas fechas con las de sus premios (están en una nota a pie de apartado), y observarás que se trataba de la escritora más aclamada y afamada del hallyu. Pero a sus historias de soledad, pena y crudeza existencial le faltaban lo que PSY había logrado con su Gangnam Style (2012): proyección internacional.

En efecto; al igual que el balón de Joaquín no salió por la línea de fondo en aquel partido de infausto recuerdo patrio —el tongazo coreano—, la prosa de Han Kang permanecía dentro del terreno de juego local. Hasta que…

Notas

1La primera oleada de hallyu (‘ola coreana’) destacó por el cine, la literatura, la moda, la comida, los videojuegos y, en menor medida, la música. La segunda, por el K-pop y las series de televisión.
El movimiento logró que la economía coreana se recuperase tras la crisis financiera asiática de 1997 (el FMI tuvo que rescatar a Corea del Sur). En 2004, los ingresos de venta y exportación derivados del hallyu constituyeron el 0,2 % del PIB de la nación (1,72 billones de euros / 1,87 billones de dólares). Esta cantidad aumentó hasta los 11,3 billones de euros (12,3 billones de dólares) en 2019.

Curiosidades y polémica de Han Kang: la controversia en verso prosado

Entra en escena Deborah Smith. Esta intérprete británica, nacida en 1987 y que comenzó a aprender coreano en 2009, recibe el encargo de traducir Chaesikjuuija (‘La vegetariana’). El año, 2015.

Ciertamente, la novela es buena1 y muestra un potencial de venta extraordinario. Por un lado, el contenido comulga con las inquietudes sociales actuales. Por el otro, la ha escrito una mujer de un país que, culturalmente, está de moda y a quien allí consideran «La voz de la democracia».

«Pero precisamente esa bondad era lo que la hacía tan insoportable».

La vegetariana, Han Kang.

Algo así debió de pensar Smith. Porque, días más tarde de que su Vegetariana ganase el Booker (2016), los lectores coreanos se percataron de «algún que otro error» en su traducción. Y no me refiero a confundir anbang (‘dormitorio principal’) con el cuarto de estar, pal (‘brazo’) con un pie (bal ) o atribuir el diálogo a la persona equivocada.

Om a ra pa cha na dhih

Veamos; el 10,9 % de la primera parte de la novela está mal traducida y omite un 5,7 % del texto original. Además, incorpora adverbios, adjetivos superlativos y palabras de énfasis que Han Kang no ha escrito, amén de ciertos elementos decorativos. En concreto, hay un 31,5 % de añadidos ornamentales.

Si bien estos extras no afectan a la historia, el resultado ha alterado el tono de la novela. Es decir, el marido ya no es un cazurro sexista con prejuicios, sino un tipo arrogante y sofisticado, mientras que la esposa se comporta de una forma basta, activa y racional en vez de delicada, pasiva y ensoñadora.2 Igualmente, ha desnaturalizado la prosa catatónica de Kang, cuyas frases sobrias y calmadas —a veces, sin terminar (fragmentadas)— adquieren ahora un estilo formal y chejoviano, plagado de florituras líricas.

«Tomaré un té con mi hijo y lo celebraré serenamente esta noche».

Respuesta de Han Kang a la pregunta de la prensa sobre cómo iba a celebrar la concesión del Nobel de Literatura.

Resumiendo; Smith ha enfatizado el conflicto y la tensión para adecuar La vegetariana al gusto y tono occidentales, donde las víctimas deben rebelarse y luchar contra su situación para superar obstáculos, no resignarse al abandono existencial y dejarse llevar como una hoja por el aire.3

De cualquier manera, Han Kang le ha dado el visto bueno a esta traducción de «prosa intensa». Quizá, llámame cínico, el Booker la convenció. U otra persona…

Notas

1El New York Times la ha incluido en su listado de «Las 100 mejores novelas del XXI». Ocupa el puesto 49. Y, adelantándome a tu pregunta, la que figura en primer lugar es La amiga estupenda, de Elena Ferrante, quien también aparece en el 80 con La niña perdida y en el puesto 92 con Los días del abandono.
Cabe destacar la ausencia de autores españoles en esta clasificación, reflejo del nulo influjo internacional de nuestra literatura. Venturosamente, la lengua hispana está representada por la mexicana Fernanda Melchor (Temporada de huracanes, puesto 82), el argentino Hernán Díaz (Fortuna, puesto 50), el dominicano Junot Díaz (La maravillosa vida breve de Óscar Wao, puesto 11) y el chileno Roberto Bolaño, por partida doble: Los detectives salvajes (puesto 38) y 2666 (puesto 6).
2Simboliza la supresión de la voluntad que ejerce el patriarcado coreano.
3La protagonista de La vegetariana (2007) sueña con convertirse en una planta. La de Fruits of my woman (2000) se convierte en un árbol.

Híbridos y parásitos

Te dejaré con el suspense un rato. Entretanto, matizaré un aspecto que, cuenta me he dado, he generalizado sobre el hallyu y que forma parte de las curiosidades y polémica de Han Kang.

Existen dos tipos de cultura coreana: la prefabricada y la intelectual. Ambas —sobre todo, la primera— han fagocitado las principales tendencias extranjeras de la nación (Estados Unidos y Japón) y les han dado un toque autóctono, en principio, original.

Alice in Borderland (2020).
Serie japonesa basada en el manga homónimo, sospechosamente parecida a la serie coreana El juego del calamar (2021).

Obviamente, la prefabricada exhibe aquello que Corea del Sur desea exportar al resto del mundo. Esto es, un país moderno, joven, sonriente, tecnológico, experto en coreografías y con una imagen, cuanto menos, coloridamente ecléctica.1

Gate gate, paragate. Parasamgate bodhi svaha

La intelectual, empero, expone la cara oscura de la nación. Lo cual no le hizo gracia alguna a Cho Yoon-sun, ministra de Cultura durante el gobierno de Park Geun-hye. Exacto; la hija del exdictador Park Chung-hee.

Por tanto, bien por sus críticas,2 bien por su oposición al gobierno, en 2017 elaboró una lista negra de artistas para prohibirles el acceso a las subvenciones culturales. Y aquí figuraba el nombre de Han Kang —por reavivar el recuerdo de la masacre de Gwangju en Actos humanos (2017)— y el de los directores de cine Park Chan-uk y Bong Joon-ho (ganador del Óscar por Parásitos en 2019).

Notas

1Escasas no son las voces que denuncian la sobreexplotación sexual que acompaña a esta imagen. La parte tecnológica, en cambio, ha servido para que Samsung compita de tú a tú contra Apple.
2Temas de corrupción al margen, las críticas troncales se centran en la desigualdad social que azota a Corea, el sistema patriarcal estricto y la reacción del gobierno tras el naufragio del Sewol (2014).

Curiosidades y polémica de Han Kang: tres apellidos no vascos

Han Kang estudió literatura coreana —la escogió por encima de la inglesa, aun cuando sobresalía con este idioma— y se graduó con honores en la universidad de Yonsei.

Así, comenzó una carrera literaria que culminaría con el éxito arrollador de La vegetariana —más de un millón de copias vendidas—. Solo que, por entonces, ella no era una escritora popular en Corea del Sur. Demasiado experimental y surrealista para un mercado esclavizado a la literatura comercial.

Todo cambió cuando la novela captó el interés internacional; honor, orgullo y anhelo del pueblo del hallyu. Y, ya, lo de ganar el Booker… El acabóse, vamos. Pero, ¿quién apostó por ella? Muy sencillo: Rogers, Coleridge & White.

Bueno, más bien Laurence Laluyaux, la agente francesa de la citada (y archiprestigiosa) agencia literaria londinense, quien también representa al húngaro László Krasznahorkai.1 ¿Te suena? Normal; figuraba entre los candidatos al Nobel de Literatura de este año.

A decir verdad, Rogers, Coleridge & White (RCW) se ha especializado en obtener este galardón. Al margen del que Han Kang ha ganado este año,2 tienen como clientes a Kazuo Ishiguro (Nobel 2017), Olga Tokarczuk (Nobel 2018), Abdulrazak Gurnah (Nobel 2021) y a Zadie Smith que, a despecho de no haber ganado este premio, es mi ojito derecho después de que me leyese Dientes blancos.

Notas

1Y a Federico Falco (Argentina), Margarita García Robayo y Daniella Sánchez Russo (Colombia), Roberto Hasbún (Bolivia), Michelle Steinbeck (Suiza), Thora Hjörleifsdóttir (Islandia), Nuruddin Farah (Somalia), Isobel Wohl (Estados Unidos), Jean-Baptiste Del Amo (Francia), Naja Marie Aidt (Dinamarca groenlandesa), Keith Ridgway (Irlanda), Semezdin Mehmedinović (Bosnia)…
2La primera mujer asiática en ganarlo y la autora más joven a la que se lo han concedido en el siglo XXI. En el XX, se lo entregaron con la misma edad (53 años) a Halldór Laxness (1955) y William Faulkner (1949). Y, ya que estamos, Rabindranath Tagore (1913) y Wole Soyinka (1986) lo recibieron a los 52 años, Aleksandr Solzhenitsyn (1970) y Frans Eemil Sillanpää (1939) a los 51, Romain Rolland (1915) y Selma Lagerlöf (1909) a los 50, Gerhart Hauptmann (1912) y Maurice Maeterlinck (1911) a los 49, Eugene O’Neill (1936) a los 48, Joseph Brodsky (1987) a los 47, Pearl Buck (1938) y Sigrid Undset (1928) a los 46, Sinclair Lewis (1930) a los 45, Albert Camus (1957) a los 43, y Rudyard Kipling (1907) a los 41.

Aquí concluye «Curiosidades y polémica de Han Kang»

Curiosamente, Han Kang recibió más premios europeos (y el Nobel) tras fichar por RCW. No cabe duda de que su agente se ha ganado el sueldo.

Empero, resulta igual de llamativo que la autora haya abandonado la experimentación surrealista para adaptarla a la indagación histórica. Presumiré que también le han aconsejado este giro en la agencia.

En cualquier caso, el reconocimiento a su obra confirma que Corea del Sur aspira seriamente a convertirse en la París de nuestro siglo.

Pues, hala, ya he terminado. Si este artículo te ha animado a comprarte una novela de Han Kang, te sugiero que leas Almas humanas. Personalmente, creo que es su mejor obra.

¡Ah! Y el 27 de noviembre cumplirá 54 años. No te olvides de felicitarla.