Asusta a las palmeras con su aullido el lobo del viento, y lloran sus hojas gruesas lágrimas de miedo, convirtiendo los caminos en barro, y las calles en cenagosos ríos. Galopa por encima del mar el lobo del viento, salpicando la costa a lo largo y ancho con pisadas como puñetazos de gigante. Nadie se atreve a salir de sus casas, nadie se hace a la mar, pues temen el mismo sentimiento de ser devorados por el lobo del viento.

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Castillo de los Spiriti Magni.
1er Círculo del infierno.
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