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A fin de saber por qué la literatura del futuro se escribe con Quince Letras, yo; quien te escribe e informa, he contactado con Benjamín Escalonilla, uno de los fundadores de Las Quince Letras, que ha tenido a bien aceptar esta entrevista y explicarme en qué consiste su contrapropuesta editorial frente a los sistemas digitalizadores de la lectura actuales.

De manera resumida, Las Quince Letras no publica obras en formato virtual ni con el sistema de narrativa tradicional. En su lugar, ofrece libros extraordinarios y revolucionarios que han sacado el máximo partido a la tecnologización de la literatura mediante la fusión de la escritura con elementos artísticos correlacionados y dinámicos que ejercen de soporte complementario al texto para otorgarle cierta estética cinematográfica.

No sé si Benjamín estará de acuerdo con esta definición. Así que, veamos qué opina.

¿Estás de acuerdo con esta definición de Las Quince Letras?

B.E.: Estoy de acuerdo, aunque me faltaría añadir lo que son los recursos digitales del texto. Le damos importancia a las obras que aprovechan estos recursos en el propio texto digital. Estos recursos serían la aleatoriedad, la interactividad, la animación del texto o la sustitución de palabras o frases, las encuestas, la posibilidad de comentar de los lectores o de ayudarse entre ellos o de ser coautores de una obra, entre otras cosas.

Me acabo de dar cuenta de que Gesamtkunstwerk1 tiene quince letras. ¿Bendita casualidad? ¿O de aquí procede el nombre de la editorial?

B.E.: Jaja, qué interesante. No, no tenía idea. Tenemos que utilizarlo. El nombre viene más de su sonoridad y su idea metalingüística, tan afín a nuestra editorial.

Notas

1’Obra de arte total’: término acuñado por Wagner para referirse a la combinación de diferentes artes (poesía, música, escultura…) en la concepción y materialización de una obra de arte.

Desde la perspectiva de un lector, ¿qué características distinguen a las obras de vuestro catálogo de las del resto de editoriales?

B.E.: El lector, que además de lector es, seguro, usuario de móvil o tablet, se encontrará contenidos pensados para esos medios y soportes, por lo que podrá utilizarlos para la lectura de literatura de calidad, pensada para ese soporte y que aprovecha sus posibilidades como ningún eBook ni PDF han aprovechado.

«En la primera página, una gran fotografía de un hombre con rostro triste y pelo largo y enmarañado le guiñaba a Harry un ojo, lentamente».

Harry Potter y el prisionero de Azkaban, J. K. Rowling.

Digamos que, como mínimo, su experiencia como lector de literatura cambiará como cambió su experiencia como lector de periódico.

Imagino, por tanto, que las obras de Las Quince Letras suponen una experiencia de lectura completamente novedosa. ¿Tal vez, demasiado?

B.E.: Toda novedad conlleva un rechazo inicial; nos pasó cuando llegaron los móviles y nos pasó con los periódicos online. Pero no tengo la más mínima duda, de que, una vez que los lectores vayan probando nuestras obras, experimentarán esa emoción característica de la buena lectura y disfrutarán de las posibilidades digitales, que hemos cuidado al extremo, así como del diseño y de la calidad de los textos.

A ver si lo he entendido bien. ¿Son libros al estilo de los de «Elige tu propia aventura» (Timun Mas)?

B.E.: Sí, pero no solo. De las 10 obras publicadas hasta el momento, no hay ninguna que sea así. La undécima, que publicaremos en septiembre, será la primera que siga este formato, aplicado a una serie de decisiones por parte del lector en cuanto a su vida romántica, que hilan muy bien con el mensaje de la obra.

Entre las posibilidades digitales está la interactiva, que encontramos en estos libros que comentas o en Rayuela, pero hay muchas más. Como te decía, desde la aleatoriedad hasta la animación, la participación del lector…

Por ejemplo, la que hemos publicado este mes de julio, consiste en que el autor genere poemas a partir de las palabras de otros; es una obra viva, en la que el siguiente poema surgirá de los comentarios que los propios lectores dejen en la obra, y así sucesivamente.

Ejemplifiquemos todo lo que me acabas de contar. ¿Se puede ver una muestra de las obras de Las Quince Letras en algún sitio?

B.E.: De todas nuestras obras se puede leer gratuitamente un 10 %, así que solo hay que ir a la página de la editorial y probarlo. Es como ir la web de un periódico; no hace falta nada, ni aplicación, ni nada.

¿Necesito pagar una cuota o comprarme un aparato específico para leer el contenido?

B.E.: No. No es un formato Netflix, en el que necesitas pagar cuota, ni un formato eBook, como el de Amazon, en que necesitas comprarte un Kindle. Hemos seguido el formato tradicional de librería. Llegas a la web, lees el inicio de cualquiera de nuestras obras y, si te gusta, te compras esa obra con un correo y una contraseña, y para ti para siempre. Siempre podrás leer esa obra.

En resumen; las obras se leen en la web de la editorial, que es una librería. Cada usuario tendrá su apartado con las obras compradas y el marcapáginas de la obra que esté leyendo para poder seguir la lectura donde la dejó.

¿Son más caras las obras de Las Quince Letras que las de otros medios digitales?

B.E.: El ser, posiblemente, los primeros en hacer este tipo de editorial nos deja sin referencias. Pero estamos en precios similares a los eBooks de Anagrama, por ejemplo, por hacernos una idea.

Ahora, con la mirada de un escritor, lo que veo es un tipo de literatura adaptada al medio. Empero ¿se adapta también a cualquier género (narrativa, ensayo, poesía, teatro…)?

B.E.: Hemos publicado poesía y narrativa, tanto relato como novela, y ambos géneros han sabido aprovecharse de las posibilidades digitales. Estamos en conversaciones con Vanessa Monfort, nuestra laureada dramaturga, para ver cómo funciona el teatro.

En cuanto al ensayo, estoy convencido de que las posibilidades para ampliar información que ofrece lo digital pueden ayudar a agilizar la experiencia de cierto tipo de ensayos.

En cualquier caso, quienquiera que publique su obra con Las Quince Letras deberá emplear un sistema de escritura diferente al tradicional. ¿Es posible que esa originalidad perjudique a la calidad final de la obra?

B.E.: Supongo que eso depende de cómo el autor aproveche las posibilidades digitales. Si las utiliza como decoración o como artificio, seguro que el resultado será peor que su lectura en papel. Sin embargo, si las pone al servicio del texto, y con ellas busca reforzar el mensaje que pretende transmitir, creo que solo pueden enriquecer la obra.

«Estas nociones, por supuesto, se han vuelto parte integral del discurso dominante en el mundo del arte».

La escritura no creativa, Kenneth Goldsmith.

Nos obsesiona este aspecto. Que todo lo que haya en la obra: sonido, imagen, vídeo, interactividad, aleatoriedad, etc., tenga un propósito y sean parte de la narratividad o poética de la obra.

Indubitadamente, vuestro formato ofrece un mayor número de funcionalidades y de recursos a la hora de escribir. Lo malo es que no dispongo de esos recursos. ¿Cómo me puede ayudar Las Quince Letras de cara a cubrir mis carencias técnicas y artísticas?

B.E.: Está claro. Ese es uno de los mayores problemas a la que nos enfrentamos al pensar en el proyecto. Lo hemos solucionado incluyendo un maquetador digital que trabaja con el autor del texto, en un formato de coautoría, para dar a la experiencia el concepto digital adecuado. Y, una vez se ha definido, la editorial pone programadores y artistas visuales o sonoros a disposición de la obra y del autor, que harán realidad el concepto.

¿Hasta qué punto se implica la editorial en la creación y desarrollo de una obra?

B.E.: Nos implicamos enormemente, tanto en la selección de la obra como en la selección del maquetador y artistas que colaboran con el escritor. Los dos socios, el catedrático José Manuel Lucía Megías y yo, somos autores, y hemos creado la editorial pensando en el autor y en la experiencia lectora.

Si decido apostar por este formato, ¿qué pasos tengo que seguir?

B.E.: En nuestra web tenemos un apartado para la recepción de manuscritos, te dejo el enlace directo.

Los Pamperos – Quince letras (1999).

Una vez recibimos la obra y su idea, si nos encaja con nuestro catálogo, nos ponemos en contacto con la autora o el autor, y le contamos la propuesta digital. Trabajamos conjuntamente en el proyecto, y realizamos un boceto. Si todas las partes están satisfechas, firmamos el contrato y seguimos adelante.

¿Cuál es el posicionamiento y alcance de vuestras obras dentro del mercado hispanohablante?

B.E.: Nos interesan los autores latinoamericanos. Soy un lector apasionado de la literatura contemporánea mexicana y chilena. Hemos llegado a contactar con escritoras de allí, pero aún no tenemos nada cerrado. Este verano voy a Ciudad de México a tratar de aproximarme a estos autores y sentar las bases para una presencia en la feria de Guadalajara.

En cuanto al lector, nuestras obras se pueden comprar en cualquier parte del mundo y su lectura es inmediata. Como un periódico digital, vaya. Estamos implementando la transformación automática de los precios al lugar desde el que se visita la página, y tenemos pensado hacer publicidad en España y al otro lado del charco durante septiembre, octubre y noviembre, que es cuando empezaremos con la labor de comunicación de la editorial.

¿Qué porcentaje reciben los autores de Las Quince Letras? ¿Exigís unas ventas predeterminadas antes de pagar?

B.E.: Estamos muy satisfechos de poder ofrecer el 24 % del precio de venta al escritor; algo muy por encima del mercado, donde se está ofreciendo entre un 8 y un 10 %. Un 13 % adicional se reparte con el resto de los artistas que participan en la obra, el maquetador digital y, de existir, el fotógrafo, ilustrador y músico. Desde Las Quince Letras podemos ofrecer porcentajes tan amplios gracias a ser nuestros propios distribuidores y librería.

Por supuesto no exigimos venta previa al autor ni nada similar; somos una editorial tradicional en este sentido, aunque no vendemos en Amazon ni en ningún otro lado, pues nuestras obras no se pueden «empaquetar» como los eBooks. Nuestros libros digitales son artesanales y cuidadísimos. Desde la editorial, mimamos cada obra y los artistas colaboradores se implican en el texto para buscar esa emoción de la mejor de las lecturas.

Gracias, Jose, por tu entrevista y tus acertadas preguntas, y por ayudarnos a difundir esta editorial naciente con vocación de ofrecer otra forma de leer. Un abrazo.

La literatura del futuro se escribe con Quince Letras

Tras haber empleado quince palabras de quince letras en la redacción de este artículo, y de formularle quince preguntas a Benjamín Escalonilla —muchísimas gracias por tu disposición—, pondré punto final a «La literatura del futuro se escribe con Quince Letras».

Bueno, casi; me falta la despedida. Espero que el contenido te haya abierto los ojos a una alternativa de publicación, novedosa a todas luces, al margen de los medios tradicionales.

Cuanto menos, a mí me ha parecido lo suficientemente interesante como para dedicarle un espacio en mi blog. Y eso que soy un escritor del XIX con mentalidad del XVI.