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Siracusa, siglo III a. C., alrededor de las 4 p. m. Un magno-griego, con los cabellos agitados por el viento, alzando su puño al cielo, clama ante una multitud extasiada: «Dadme un punto de apoyo, y moveré el mundo». Bien; la cita es verdadera, la historia es falsa, y este artículo no trata de ese punto —llamado fulcro—, sino sobre las normas de uso de un punto para la ortotipografía.

Además de recordar su función más básica a quienes la han olvidado en WhatsApp, aquí descubrirás, de manera resumida, la forma correcta de emplear el punto, dónde colocarlo y que no siempre se escribe mayúscula a continuación.

Deseo que, cuando termines la lectura, mis palabras hayan mejorado la calidad de tu escritura. Si es así, pinta de rojo el corazón que palpita solitariamente blanco bajo la sombra del titular, y comparte este contenido por tus redes sociales, al igual que Papo de Alejandría hizo con la cita de Arquímedes en su Synagoge (circa 390).

Un punto para la ortotipografía

Los signos de puntuación nacieron con la misión de separar y de señalar elementos concretos dentro de un texto. Empero, esto ya te lo he contado en otra entrada del blog. Así que, raro en mí, prescindiré del pasado e iré directo al punto que nos concierne.

«Los significados de los signos simples deben sernos explicados para que nos sea posible entenderlos».

Tractatus Logico-Philosophicus, Ludwig Wittgenstein.

Bueno, no; antes tengo que hablarte de las naranjas. Verás, cuando compras una malla, lo haces con la intención de comerte los gajos o de beberte su zumo. Por lo tanto, la función primordial de esta fruta consiste en servir de alimento. Esto, extrapolado a la filosofía del lenguaje, se denomina «uso lingüístico».

Ahora bien, tal vez hayas comprado las naranjas con el fin de regalarlas, convertirlas en decoración o enroscarlas en una toalla para golpear a una persona sin dejar marcas. Por lo tanto, su función difiere de la primordial. Esto, extrapolado a la filosofía del lenguaje, se denomina «uso no lingüístico».

El punto, aparte de tener forma de naranja, posee un uso primordial y otro secundario, con sendas normas de ortotipografía. Aunque ambas te explicarán que el dónde es tan importante como el cuándo.

Uso lingüístico del punto

En esencia, este apartado recoge el uso lingüístico del punto que todo el mundo conoce: indicar el final de algo escrito con el fin de generar confusión, quítalo. Sirva esta oración previa de referencia, y observa el cambio que se produce cuando pones un punto entre escrito y con. Al omitirlo, has eliminado la función separadora entre frases que corresponde a un punto llamado punto (y) seguido.

Obviamente, no he dicho nada que no supieras ya, como también espero que recuerdes la manera en la que la distancia entre este tipo de puntos afecta al ritmo de lectura. De lo contrario, pincha en el enlace señalado. Y, para no citar de nuevo el monólogo de Molly en Ulises, pondré de ejemplo La saga de los Marx, de Juan Goytisolo, quien prescindió de este punto (y de los dos siguientes) en la escritura de la novela.

Por otro lado, si el punto marca el final de un párrafo, lo denominamos punto y aparte. A diferencia del anterior, este separa ideas y contenidos que guardan relación, pero no continuidad, con lo expuesto en el párrafo precedente. Así pues, ejerce una función estructural y organizadora; un tema que desarrollaré en el próximo artículo.

Respecto al punto final, poco más puedo aportar que su nombre.

Uso lingüístico avanzado del punto

En 1958, Hergé publicó Stock de coque, donde Allan le pregunta al capitán Haddock si duerme con la barba por encima o por debajo de la sábana a fin de que la duda impidiera su sueño.

Cuento esto, porque voy a hacer lo mismo contigo: cuando terminas una frase, párrafo o texto con una palabra en cursiva, ¿aplicas también el estilo al punto? ¿O lo dejas en redonda? Medita bien tu respuesta, pues lo que me digas se extenderá a la negrita y a los hipervínculos.

Si mi dilema ortotipográfico te ha causado una crisis existencial, ahora te surgirá otra: cuando pones una nota a pie de página, el número ¿va antes o después del punto? No te quejes; podría haberte preguntado si el punto en un WhatsApp se coloca antes o después del emoticono.

«El rostro del señor Horikawa se ensombreció al instante».

El biombo del infierno, Ryūnosuke Akutagawa.

En principio, los estilos solo afectan al elemento destacado, no a los signos de puntuación. Énfasis en en principio, puesto que otra corriente afirma que los signos forman parte del elemento destacado también. En resumen, sigue el criterio que más te guste. Eso sí; mantenlo con todos los signos que escribas. (No hagas como yo, que he puesto negrita en el punto anterior, pero no cursiva en el paréntesis ni en el punto que aparece a continuación).

Algo similar sucede con las llamadas de nota, donde el sistema francés coloca el número antes del punto (o de la coma, los puntos suspensivos, el cierre de exclamación e interrogación…) y el inglés, después. Una vez más, escoge el que más te guste y no lo varíes a lo largo del texto.

  • Durante la guerra1. / ¿Fue durante la guerra1? / Durante la guerra1, algunos… / Durante la guerra1… (Sistema francés).
  • Durante la guerra.1 / ¿Fue durante la guerra?1 / Durante la guerra,1 algunos… / Durante la guerra…1 (Sistema inglés).

Empero, los emoticonos no reemplazan al punto, si bien su función dentro del texto determinará la posición del signo. Observa la forma correcta de usarlos en estos wásaps:

  • A tu lado, soy feliz.😊
  • A tu lado, soy 😊.

Más usos lingüísticos avanzados del punto

Además del punto, tres signos disponen de la capacidad necesaria para indicar el término de una frase, párrafo o texto completo: los puntos suspensivos y los cierres de exclamación e interrogación.

Por lo tanto, si una frase, párrafo o texto completo finaliza con otro signo —paréntesis, raya, comillas españolas—, este requerirá la presencia de un punto.

  • «¡Hemos llegado al final!».
  • Tardaron cinco años en regresar —según los historiadores—.
  • En yoga, me cuesta mucho hacer esta postura (asana).

Asimismo, existen ciertos puntos que no marcan un final, por lo que la siguiente palabra no llevará mayúscula. En efecto; los correspondientes a las abreviaturas,* que no duplican este punto si coincide con el final de la frase, párrafo o texto completo. Solo que no todas las abreviaturas van con punto, sino con una barra (calle: c/), y algunas abreviaturas son, en realidad, símbolos. Así que, prescinden del punto (metro: m, quilómetro: km, Génesis: Gn, Levítico: Lv…).

  • Gira a la dcha. cuando llegues a la c/ Gracián.
  • Este libro tiene 200 págs.

Excepciones al margen, las demás llevarán punto al final de la palabra abreviada y antes de la letra volada, en caso de tenerla. Ojocuidao, porque si terminas una frase con este tipo de abreviatura levitante, la letra volada te obligará a poner un punto después.

  • Ha llegado la Sra.
  • Ha llegado la Sr.ª.

*Las siglas no llevarán punto salvo si aparecen en textos escritos íntegramente en mayúsculas: RESUMEN DE LAS ACTIVIDADES DE LA O.T.A.N. ENTRE 2015 Y 2020.

Etcétera

Por último, pese a que las abreviaturas resulten estomagantes en una novela, los autores toleramos una: la de etc. Si cierra una frase, como las anteriores, el punto no se duplica. Ni se triplica. Es decir, nunca va seguida de puntos suspensivos.

Además, cuando aparece dentro de una frase, exige la presencia de una coma. Infaustamente, esa demanda rompe una de las normas más sagradas de la escritura, ya que esa coma se vuelve criminal si etc. interviene en el sujeto. Bueno, pues la gramática exime de culpa a los dos.

  • Fuimos al supermercado, y compramos peras, naranjas, etc.
  • Compramos peras, naranjas, etc., en el supermercado.
  • Las peras, naranjas, etc., estaban a buen precio.
  • Me dijo: «Compré peras, naranjas, etc.».

Uso no lingüístico del punto

Este apartado muestra el uso del punto con números y no con palabras, si bien una de sus funciones combina ambos elementos.

En primer lugar, las horas. Mentira no dices con que estas se indican con dos puntos (7:10), pero igualmente lo puedes hacer con puntos (7.10). Lo malo es que…

Lo malo es que las fechas, además de la barra (/) y del guion (-), se representan con puntos también. De este modo, el cinco de octubre de 2023 se escribiría como: 5.10.2023. Claro; imagínate que alguien anunciase un evento con esta fecha y horario: 5.10, 7.10 en lugar de: 5/10, 7:10. Por eso empleamos más la segunda forma que la primera.

En fin, que el uso no lingüístico del punto lo verás con mayor frecuencia en los diales de las emisoras de radio (104.5) y en las direcciones de Internet, donde este signo ha generado un nuevo sustantivo corporativo: las puntocom.

Donde no verás ningún punto será en los números de los años (2023), los códigos postales (28004), las páginas (1120), los decretos (75/1999)… De hecho, ni tan siquiera en los números de cuatro cifras para arriba, que se escriben juntos (15000, 12500000) o con un espacio cada tres cifras desde la derecha (15 000, 12 500 000).

¡Ah! Tampoco en los títulos en la cubierta de un libro, la portada de un disco, etc. Mucho menos en los titulares, ya sean de prensa o de un documento.

Comentario de despedida

Quizá te haya sorprendido lo de los números de cuatro cifras para arriba. Se debe a la normativa internacional que, como siempre, coincide con la inglesa. Realmente, si quieres escribir «1.200 euros (o soles)», hazlo; porque la misma normativa internacional insiste en que cambiemos la coma de los decimales por un punto. A este paso, en breve, mediremos las distancias en millas, pesaremos los objetos en libras, estableceremos las alturas en pies y cambiaremos los grados Celsius por los Fahrenheit.

No es broma. Una de las justificaciones más socorridas de quienes ponen el punto dentro de paréntesis y comillas es la de «Es que así se escribe en inglés». Bueno, pues a estas personas tan internacionales, tan gentes del mundo, les aconsejaría que condujeran por el carril contrario, como los ingleses. Luego, cuando les pare la policía, que no se olviden de explicarles que «Es que en Londres se conduce así».

Seguro que los agentes alabarán su anglofilia y envidiarán su cosmopolitismo.

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