Origen de los signos de puntuación
Descubre la increíble historia de la coma, la palabra oculta en el signo de admiración y el nacimiento de la netiqueta, entre otras cosas.
Descubre la increíble historia de la coma, la palabra oculta en el signo de admiración y el nacimiento de la netiqueta, entre otras cosas.
Si escribes o quieres escribir un libro, ¿merece la pena hacer un curso de escritura?
Respecto al contenido, revelaré esa magia que te había prometido en el artículo sobre cómo se crean los personajes de una novela, aparte de la relación que guarda con mi portero, a quien todavía no he visto su rostro completo.
Ciertamente, existe un protocolo de presentación de personajes en una novela, producto de la experiencia acumulada en el arte de contar historias, una actividad muchísimo más antigua que las pirámides, submarinas incluidas.
Con todo, notarás una diferencia enjundiosa entre lo que cuenta un curso de escritura creativa y El orfebre de la palabra, pues con el primero aprendes a concebir mientras que yo te enseñaré a hacer magia.
Normalmente, se asocia la figura del protagonista con «el personaje bueno» y a la del antagonista como «el personaje malo». Lo cual es cierto, pero no verdadero. Si esto te parece una paradoja, ahora verás a lo que me refiero.
¿Es el protagonista? ¿Es el autor? ¿Es Superman? Sí, no, a veces (respuestas admisibles para las tres preguntas). Debido a la confusión que genera su figura, «Personajes de una novela: el narrador» desarrolla los aspectos fundamentales y profesionales sobre la voz de la historia.
No me olvido. En la primera parte de la estructura argumental te comenté que profundizaría en los personajes de una historia. Bueno, para que veas que soy una persona de palabra —escrita y hablada—, cumplo mi promesa con este artículo sobre los protagonistas de una novela.
En fin, no busco la polémica, pero soy consciente de que levantaré alguna ampolla que otra, aparte de arrojar sal en su interior. No es el objetivo per se de este artículo, advierto.
Rodeado de libros celtas, con una gata que demanda mimos constantes y pensando en cómo limpiar las manchas del suelo tras el sacrificio de sangre (esto último es broma), agito los dedos sobre el teclado para lanzar el conjuro de la escritura y hechizarte.