Tal y como prometí en el artículo previo, aquí encontrarás más recomendaciones de lectura; ideales para disfrutar en verano, fabulosas para gozar durante el invierno, pues a un buen libro se la sopla el calor y se la suda el frío.
Toma nota de sus títulos, y asalta tu librería más cercana. No te arrepentirás.
Más recomendaciones de lectura: novelas ejemplares
La sección que inicia «Más recomendaciones de lectura» contiene cinco novelas de calidad suprema; de estas que te vuelven inteligente con solo hojearlas, y casi tan buenas como MuArte.
Así que, escoge la que prefieras; te leerás todas en cuanto termines con la primera.
Ciudad Victoria (2023), Salman Rushdie
Cuando escribí el especial sobre Salman Rushdie, indiqué que, en breve, el genio de Mumbai sacaría la decimoquinta obra de su mágica lámpara narrativa. Infaustamente, a él lo sacaron en camilla1 antes de que pudiera presentarla, de modo que Margaret Atwood y Neil Gaiman se encargaron de anunciar la buena nueva al mundo.2
Ciudad Victoria, según nos explica un narrador sospechoso, revela la creación y el contenido del Jayaparajaya, una epopeya india perdida que integraba el canon de textos sagrados smriti (‘tradicionales’) junto con los Puranas, los Itihasa, el Mahabharata, el Ramayana, el Guitá Govinda o el Ramacharitamasana.
Su autora, Pampa Kampana, siguiendo la estela de Viasa, Valmiki y Tulsidas, cuenta la historia de Bisnaga, aquella mítica metrópoli meridional que produjo una edad dorada en el subcontinente, desde que Pampa participó en su fundación mágica durante el siglo XIV hasta que presenció su aciago ocaso en el XVII.
«Poco menos de una hora después, vieron palpitar el aire, como sucede durante las horas más calurosas de los días más calurosos y, entonces, la ciudad milagrosa comenzó a crecer ante sus ojos estupefactos».
Claro, igual de estupefactos se habrán quedado los tuyos al calcular el tiempo que vivió Pampa Kampana.3 Empero, esta longevidad no se la debe al yoga, sino a que la diosa Parvati se encarnó en ella tras presenciar el suicidio colectivo de las mujeres del pueblo —su madre, incluida— en una pira comunal a la tierna edad de nueve años.
Notas
1Para saber más sobre el ataque que sufrió: Cuchillo (2024), Salman Rushdie.
2Mediante un evento virtual —puedes verlo en este enlace— organizado por PEN Canadá, PEN América y PEN Inglaterra.
3«Doscientos años y cuarenta y siete días» (Ciudad Victoria), para ser exactos.
El asesino con mala ortografía (2024), Juan Gómez-Pintado
A ver; esta novela tiene un problema: necesitas guantes para leerla. De lo contrario, te quedarás sin uñas. Dos veces. Porque Gómez-Pintado se ha metido en la piel de la dama de Torquay y del mago de Leytonstone1 para escribir una historia chejoviana que te convalida un mes de ejercicios de cardio.
¿Y de qué trata? Veamos si logro explicártelo sin destriparte el libro. Una línea narrativa se centra en un escritor típico (egocéntrico, arrogante, mujeriego…) y famosillo cuyo futuro se rifan un editor y una agente literaria, al tiempo que recibe amenazas anónimas con una orrenda hortografía. Entretanto, reaparece en su presente un pasado del que se había alejado para reclamarle dinero y explicaciones. Por desgracia…
«¿A quién le importa lo que haga o diga un escritor, salvo a cuatro gatos locos?».
La otra, en una detective y su compañero que deben resolver un asesinato relacionado con todo lo que acabas de leer. Por desgracia…
Hasta aquí, puedo leer. O escribir, mejor dicho. De todas formas, pista a pista, giro inesperado a giro más inesperado aún, se resolverá este intrigante caso que aireará los trapos sucios del mundo editorial, la corrupción política y la miserable condición humana.
Notas
1Agatha Christie y Alfred Hitchcock. Por cierto, de Leytonstone también son el poeta John Drinkwater, el novelista Sydney Horler, el orientalista Reginald Horace Blyth, el maquillador Stuart Freeborn (autor de las máscaras de Chewbacca, los Ewoks y Yoda en La guerra de las galaxias) y otros nombres más mediáticos, como David Beckham, Damon Albarn o Steve Harris, gran seguidor del West Ham United.
El quinto en discordia (1970), Robertson Davies
Leves, tenues, ínfimas perspectivas creó en mí este libro, regalo de mi futura suegra, según lo recibí ese día del calendario cuando quien te escribe cumple años. Máxime, porque lo protagoniza un académico asaz aburrido, experto en hagiografía, satisfecho de su rol secundario, pero ofendido por un artículo donde aparece retratado como…
«…un profesor senil y otrora meritorio que ha ido dando tumbos durante cuarenta y cinco años de enseñanza sin más arma que un concepto superficial de la historia».
Picado en su orgullo, este ser plúmbeo y vetusto redacta una carta al rector donde, sin escatimar detalles, le cuenta su vida; una vida marcada desde la infancia por una bola de nieve con una piedra en su interior que erró su diana (él) y provocó el parto prematuro de su vecina al golpearle en la nuca.
Con este planteamiento arranca El quinto en discordia, una joya de la ficción literaria realista vigésimosecular, de prosa exquisita, elegantemente sencilla, deliciosamente fluida, que te atrapará y hechizará con la profunda mordacidad lánguida de su narrativa.1
Broma no gasto; la historia te conquistará por el modo en que Davies la cuenta mucho antes que por lo que cuenta. Es decir, sentirás rechazo argumental y, aun así, no podrás dejar de leer y admirar esta reivindicación junguiana del personaje circunstancial.
Fíjate cuán grato placer me ha causado, que este año mi regalo ha sido la segunda parte: La mantícora, más junguiana todavía.
Notas
1Loablemente traducida por Natalia Cervera.
Caballos lentos (2010), Mick Herron
Vale; he hecho trampa. Me leí esta novela bastante tiempo atrás, por lo que no debería figurar en «Más recomendaciones de lectura».
Empero, como he visto la serie hace poco, de alguna manera, la lógica de mi cabeza dice que cumple los requisitos estipulados.
Adaptación televisiva cuasidéntica de la novela.
Volviendo al libro, imagínate que John le Carré tuviera sentido del humor y compusiese una de sus novelas de espías imitando el haute pulp de Raymond Chandler.
Súmale un elenco de personajes bien desarrollados, a cuál más desgraciado, y que posean una facultad individual extraordinaria: inadaptación social, alcoholismo, negligencia laboral…
Por último, introduce a Jackson Lamb; un falso protagonista avezado de la Guerra Fría, tecnófobo e indolente, de piquito de oro, lengua sin filtros y labios sellados que guardan con celo secretos opacos. Le nombrarás jefe de esta manada de jamelgos parsimoniosos, y lo enfrentarás al joven protagonista, un potro arrogante y ambicioso, a quien llamarás River Cartwright.
«¿Es esa tu idea de agente encubierto? Por el amor de Dios, te llamas River. Seréis cuatro con ese nombre en toda Gran Bretaña».
Pues estos son los Caballos lentos; una obra intensa, visceral, dramática, violenta y divertidísima sobre un grupo de agentes secretos condenados al ostracismo por mor de las consecuencias fatales de sus errores en el trabajo.
¿Conseguirán redimirse? ¿O la cagarán de nuevo?
El callejón de los milagros (1947), Naguib Mahfuz
Dentro de su vasta bibliografía, localizada en su segunda etapa artística, encontrarás El callejón de los milagros; la novela por la que Mahfuz ganaría el Nobel en 1988, convirtiéndose en el primer árabe laureado con este galardón.
Bueno, realmente se lo concedieron a causa de otro motivo más lustroso.1 Empero, la obra que pasó del alifato al alfabeto para sacarle del anonimato internacional fue esta.
«¡Luz eléctrica! ¿Por la luz eléctrica te marchas de casa? Gracias a Dios; bastante electricidad tenemos con los escándalos que nos arma tu madre».
En esencia, las etapas de Mahfuz2 relatan la transformación sociocultural que se produjo en Egipto a lo largo del siglo XX, y muestran la conversión de El Cairo en la ciudad de referencia ideológica para los árabes.
Tal renovación se percibe de inmediato en el primer capítulo de esta novela cuando el dueño del café expulsa a un poeta de su local y lo reemplaza por una radio. Con esta sutileza, nos adentramos en un callejón cairota donde la mentalidad tradicional islámica convive con la moderna, fruto de la influencia británica.
Generosa en su gama de grises, rica en sueños, esperanzas e ilusiones rotas, Mahfuz aborda en esta historia coral el tema de la crisis y redefinición de la identidad musulmana poscolonial. Dicho de otro modo más cinematográfico, se trata de la versión egipcia del neorrealismo italiano (Rosellini, Fellini), salpicada con gotas existencialistas, al estilo de Sorrentino y Bergman. Ingmar, no Ingrid.
Notas
1«Mediante obras ricas en matices —ora clarividentemente realistas, ora evocadoramente ambiguas— ha creado un arte narrativo árabe que se aplica a toda la humanidad» (Academia Sueca de Literatura, 1988).
2Etapas:
—Primera: era faraónica.
—Segunda: 1917-1957 (más o menos); realista.
—Tercera: 1961-1967, desilusión tras la Revolución egipcia (1952); existencialista, corriente de conciencia.
—Cuarta: 1968-1972, consecuencias de la derrota militar ante Israel; surrealista.
—Quinta: 1972-1998; mezcla de todas.
La acción del libro que he leído y esleído para «Más recomendaciones de lectura» se desarrolla entre 1942 (Segunda Guerra Mundial) y 1947 (retirada de las tropas inglesas a la zona del canal de Suez), y transcurre en el callejón Midaq, situado junto al celebérrimo bazar de Jan el-Jalili.
Más recomendaciones de lectura: hallazgos inesperados
Debido a la ingente cantidad de libros malos que se publican semanalmente, uno tira de cautela a la hora de comprarse una novela.
Por consiguiente, rechazas a los autores que desconoces y prestas atención a las señales que activan las alarmas de tu voz clarividente. Esto es: obras con argumentos propios de vendehúmos, títulos y cubiertas sospechosas, una faja que pone «Ganador/a del Premio Planeta del año mil novecientos noventa y lo que sea y en adelante», cualquier libro con una faja…1
Aun así, en ocasiones relajas al talibán literario que habita en tu corazón. Entonces, le das una oportunidad a uno de esos autores cuya existencia ignorabas y sobre quien nadie se ha dignado a comentarte ni una misérrima palabra acerca de su obra.
Normalmente, luego te arrepientes. Empero, cuando el manuscrito es bueno, ¡fiu!, ¡pom! ¡bum!, lo festejas con fuegos artificiales. Sirvan de ejemplo las dos novelas que aparecen a continuación.
Notas
1Sí, sí; ríete. Alguna relación habrá entre el listado de libros más vendidos y el descenso en el número de lectores.
Un jardín en el mar (2023), Pilar Méndez Jiménez
Antes de leerme esta obra, sabía más de la estancia de Pam Grier en Filipinas1 que de la presencia española en el país insular. Bueno, y que mi apellido, en tagalo, se dice bunga bunga; una curiosidad que, ahora que lo pienso, guarda cero relación con mi nesciencia histórica.
Fortuna la mía, pues, de que una tarde asistiese a la presentación de este libro. No en balde, a medida que escuchaba a Méndez Jiménez hablando del proceso de documentación —en papel y sobre el terreno, y no veas si se nota—, intuí que Un jardín en el mar no me iba a defraudar.
También, que se trataba de una secuela. En efecto, lo era. Pero la autora te actualiza rápidamente al principio de la novela. O sea, no te perderás si empiezas por esta en lugar de con Los mares de la canela (2020).
«Las mujeres solemos ayudar por defecto».
Se agradece, y prosigo. La línea temporal se sitúa cuando el sol comienza a ponerse en el Imperio español durante el crepúsculo del XIX mientras las líneas narrativas viajan de Manila a Madrid, previo paso por Galicia.
Mediante esta estructura compositiva, con una prosa y estilo que te recordarán a Edward Rutherfurd,2 y a través de una combinación de tramas políticas,3 costumbristas, románticas e históricas, se teje el relato de las protagonistas, amén de la deshiladura de las Indias Orientales Españolas.
Resumiendo; un libro tan hermoso y emotivo como esclarecedor.
Notas
1Una experiencia que relata en su biografía: Foxy, My Life in Three Acts, Pam Grier y Andrea Cagan (2010).
2Seudónimo de Francis Edward Wintle, uno de los autores fundamentales dentro del género de novela histórica.
3En una de ellas, he descubierto que Manuel Becerra, además de ser una estación de metro en Madrid, presidía la obediencia masónica del Gran Oriente de España. Comento esto, porque ni te imaginas el peso que tienen las sociedades secretas en esta historia.
El nudo Windsor (2020), Sophia Bennett
Supón que eres Isabel II. De pronto, supón que te informan de que uno de tus invitados ha muerto. Ordenarías una investigación, ¿verdad? Solo que, supón que se la entregasen a los Caballos lentos de Herron.
Nada, nada; mejor te encargas tú de averiguar lo que ha sucedido. ¡Caramba! Para algo eres la soberana del Reino Unido. ¿Quién te va a impedir que intervengas y te conviertas en una miss Marple encubierta?
«Que hubiera pasado [la muerte] allí, en Windsor. En un armario. Con un batín morado… La reina no sabía si lo lamentaba más por el joven o por el castillo».
Pues esta es la genial propuesta que te ofrece El nudo Windsor; una silver fork de misterio con una copita de humor anglosajón. Además, parece que la monarca le ha pillado el gustillo a su faceta de detective, ya que este 2024 ha resuelto el cuarto caso de la saga literaria (Asesinato con diamantes).
Para otras recomendaciones de lectura…
Y, así, llegamos al final de «Más recomendaciones de lectura». ¿Cómo? ¿Se te han quedado cortas?
Entonces, te sugiero que le eches un intuito a estos otros artículos, que por algo los habré escrito: